Es día de confesiones. Por años a mí no me gustaba nada que tuviera manzanas o peras cocidas. Me encantaban crudas pero la textura y el sabor que tenía al cocer, no me agradaba nadita. Tenía un gran conflicto, porque maravillosos postres se hacen con estas frutas, en especial tenía (y tengo aún) uno en mente, la tarte tatin. Y aunque se hacen de diferentes frutas, la clásica es de manzana. Ya se imaginarán lo que sufrí al pensar en hacer un postre donde el ingrediente principal no me gustaba.

Fue hasta hace dos años, que mi comadre llego un día después de Año Nuevo con comida y hasta postre. El postre era una tarta de manzana. No iba hacer la grosería y por supuesto me serví un trozo. Para mí sorpresa, me gusto. Desde ahí superé mi trauma con el sabor de las peras y manzanas cocidas, ahora me gustan mucho.
Tanto que hice unos "Cupcakes de Manzana y Dátiles" para la revista Navidad para compartir y fueron una delicia total.

Hoy me animé a hacer un pie con manzanas y arándanos frescos.
Me inspiré en el Cranberry Raisin Pie de David Lebovitz, ya les conté que yo lo admiro mucho y también él fue el culpable de que yo hiciera mi primer pie "Chocolate Bourbon Pecan Pie" para celebrar el Año Nuevo del año pasado.
Para esta receta omití la pasas, las cambié por manzanas y como no tenía el licor de naranja que usa David, use Bourbon, que es lo que tenía. Este licor llego para quedarse en mi casa, hace que los postres suban a otro nivel, ya sea que tenga mucho y que el postre sepa a alcohol o no. Como en este caso, no sentirán nada el licor. Pero llevará su pie al siguiente nivel de "deliciosidad".
Aunque si prefieren omitirlo, basta con intercambiar por jugo de naranja natural recién exprimido.







Para la Masa:
En el bowl de la batidora con el aditamento de pala, mezclamos nuestra harina, azúcar y sal por unos segundos. Agregamos los cubitos de mantequilla hasta que se integre y se hagan moronitas. Seguimos con el agua, agregando sólo la necesaria para que se una la masa.

Dividimos la masa en dos partes, una un poco más grande que la otra y damos forma de discos, envolvemos en plástico adherible y llevamos a refrigerar por 1 a 3 horas.

Precalentamos el horno a 400 ºF (200 ºC).
En nuestra mesa de trabajo ponemos un trozo de papel encerado y enharinamos un poco. Trabajaremos en el para que al estirar la masa no agreguemos mucha harina. Estiramos con un rodillo la masa de porción más grande, lo suficiente hasta que podamos cubrir un molde de 9 x 13 inch (23 x 33 cm) y acomodamos, cortamos los excesos. (Si la masa está muy dura y te cuesta trabajo estirarla, sólo bastará con dejarla reposar media hora a temperatura ambiente).

Ponemos el relleno. Estiramos la masa restante y hacemos cuatro cortes al centro con la ayuda de un cuchillo, similar a la forma de una hoja. Cubrimos nuestro pie con la masa, tratando de no dejar la masa estirada. Cerramos el pie presionando con nuestros dedos.

En un bowl pequeño mezclamos la yema y la leche. Barnizamos el pie.
(Como a mí me quedó un poco de la mezcla de yema, a mitad de cocción agregué más. Sólo evite hacerlo en las orillas, ya que las orillas siempre se doran más rápido. Al final me quedó el pie con un dorado más parejo que me encantó).

Ponemos el pie sobre una charola y llevamos a hornear por 70 a 90 minutos, hasta que la masa esté dorada, los jugos hayan espesado y los arándanos estén cocidos. Para verificar podemos introducir un cuchillo.
Dejamos enfriar unos minutos, agregamos azúcar glass y ya está listo para comer.
Si lo prefieres también puedes servir con helado o crema.


Para el Relleno:
Pelamos, descorazonamos y partimos la manzana en gajos de aproximadamente medio centímetro.
Ponemos las manzanas en un bowl grande junto con todos los ingredientes del relleno y mezclamos.





Notas.
*Puedes también utilizar alguna otra variedad de manzana siempre y cuando sea un tipo que se pueda hornear y en especial que sepan deliciosas en un pie.

**Como ya lo mencioné, se puede intercambiar el licor por jugo de naranja recién exprimido.

-La masa para el pie se fue hacer hasta con dos días de anticipación y mantenerla refrigerada.





Fuente: Receta inspirada y adaptada de David Lebovitz



Los sabores increíbles, la masa deliciosa.
Mi pie imperfecto, ¡es perfecto!

Esta será la última receta del año. Mi esposo y mi hijo estarán de vacaciones unas semanas y los quiero acompañar. 
Eso si, mi horno no descansa ni en vacaciones, así que nos vemos en enero con más dulces recetas.
En mis redes sociales tal vez de algunas señales de vida, pero aprovecho ahora para desearles una feliz Navidad y un prospero Año Nuevo, que todo lo que se propongan para el año venidero sea toda una realidad.


Los quiere.
Maribel Cota

Bruni's boulangerie