Me ha tocado leer muchas historias de amigas blogueras que se encuentran y que viven en lugares muy distantes una de la otra. Yo me emociono tanto al leer como el lazo a la distancia se crea. Y que tantos buenos deseos y abrazos que se manda por fin se puedan dar personalmente.
El fin de semana pasado me tocó a mí ser protagonista de esa historia. Tuve la gran fortuna de conocer a Crys del blog Cryscocina ¡Fue increíble!
Lo recuerdo y parece una locura haber podido conocerla.
Ella me tenía prometida un salsa de xoconostle que le hice ojitos cuando la preparó en su blog (la pueden ver aquí). Sí, además de conocerla en persona se me haría probar finalmente su salsa. En casa no podemos comer sin salsa y las salsas asadas son mis preferidas, pero esta receta tenía algo más especial "el xoconostle" que hasta ese entonces era desconocido para mí.
Por cierto hasta xoconostles me trajo Crys para poder hacer más salsa o también me dio la idea de hacer una mermelada, ya les estaré contando que hago.
Me llegó también con chocolate de Oaxaca, mole oaxaqueño, chile morita y crema de maguey. La verdad es que hasta pena me dio porque yo le llegue con una bolsa y dentro de ella dos detalles, pero eso si, con todo mi cariño.
Por cierto hasta xoconostles me trajo Crys para poder hacer más salsa o también me dio la idea de hacer una mermelada, ya les estaré contando que hago.
Me llegó también con chocolate de Oaxaca, mole oaxaqueño, chile morita y crema de maguey. La verdad es que hasta pena me dio porque yo le llegue con una bolsa y dentro de ella dos detalles, pero eso si, con todo mi cariño.
Y una de los detalles que estaban dentro de la bolsa, eran estas galletitas.